sábado, 10 de septiembre de 2011

CARRERAS AFINES Y/O RELACIONADAS A LAS RELACIONES PÚBLICAS

Entre las disciplinas que se relacionan con nuestra carrera se encuentran las siguientes:

ü  Periodismo

ü  Publicidad

ü  Marketing y Comercialización

ü  Relaciones Internacionales

ü  Comunicación Social

Psicología con especialidad en el campo Laboral y Organizacional

Administración de Recursos Humanos

Y otras carreras que corresponden a Relaciones públicas, pero se les ha asignado otros nombres, como:

ü  Comunicación Empresarial

ü  Comunicación Estratégica

ü  Comunicación Organizacional

Pero también tenemos:
























Ø  Relaciones Públicas y Periodismo
Si ejercer la profesión éticamente fuera tan fácil como enunciar un lema, el de esta convención sería la panacea: "La verdad comunica".
 Nadie estaría en contra de eso. El relacionista público vive o muere por su capacidad de exponer la verdad que interesa su cliente. El periodista vive o muere por su capacidad de presentarle al público la versión más completa de la verdad que su preparación le permita recopilar y procesar.
Esos intereses  muchas veces chocan y, de hecho.
Finalmente,  llamar la atención al mandamiento ético que enfatizar: la objetividad.
El Canon cuarto de nuestro código dicta que “la verdadera objetividad se logra cuando el periodista se cuida de informar honestamente” y que “una conciencia bien formada y respetada es la única garantía efectiva de la objetividad periodística”.
Notarán que no hay un intento de definir la objetividad en términos científicos o absolutos. No lo hay porque no es posible. Igual que los monjes franciscanos, la objetividad es la túnica con la que el periodista anuncia al mundo su devoción profesional. Pero la túnica no está por fuera sino por dentro, es un intangible que cada uno teje en su interior y que, por tanto, puede venir en tantas versiones como periodistas hay.
Estas características de la objetividad tienen un efecto que a casi todo el mundo se le olvida: nadie puede imponerle a un periodista una definición de lo que es ser objetivo.
Sin embargo, ese es el primer armamento que los sujetos de la noticia, y sus relacionistas públicos, sacan de su arsenal para atacar al periodista que escribe sobre ellos. En los peores casos, usan esta arma como el que levanta un crucifijo para alejar algún espíritu maligno.
No estoy aquí para excusar a nadie. Estoy seguro que todos ustedes tienen al menos una historia de terror relacionada con algún periodista obstinado. Si la historia tiene que ver conmigo, aprovechen y recuérdenmela.
No hay que tampoco  argumentar que la naturaleza personal que tiene la objetividad periodística deba ser presentada como una licencia para matar.
Más bien, quisiera que entendieran un poco lo que yo llamo la objetividad “comprometida” o “activa” que entendemos que deben tener los periodistas modernos si quieren cumplir con sus deberes éticos.
Lo de “comprometida” lo presento como una contraposición a esa concepción “pasiva” de la objetividad que muchos periodistas todavía defienden porque le hace el trabajo mucho más cómodo y que muchos sujetos de noticia y relacionistas reclaman porque garantiza un camino más suave para el mensaje que interesan presentar.
Bajo el manto de la objetividad “pasiva” yo lo que necesito es construir una noticia con lo que dijeron A, B y C si es que A, B y C representan todos los lados de una controversia. Con eso cumplo y, al así hacerlo, me convierto en lo que la compañera Irene Garzón llama una “grabadora con patas”.
Con la objetividad “comprometida” el periodista sólo cumple cuando aplica su criterio balanceado a los hechos para ayudar al público a discernir cuáles son los puntos importantes de la controversia, quién los está evadiendo y quién los está abordando para llegar a una verdadera resolución.
Con el pasivo coge pon cualquiera y cuela el mensaje que quiera, algo que nos convierte en instrumentos de propaganda, demagogia y manipulación.
Con el comprometido, el que quiera montarse en la noticia tiene que justificarse, tiene que esforzarse por contribuir hechos y no retórica y tiene que ofrecer respuestas a los cuestionamientos.
No es darle espacio a una fuente simplemente porque representa uno de los intereses en conflicto. Hay que preguntarse qué me está diciendo, por qué, cómo esto tiene que ver con la controversia, cómo esto podría responder a una agenda de desinformación.
Si estas preguntas no son contestadas de manera satisfactoria hay que tener el valor de señalar en la propia historia cuáles son las deficiencias de esa reacción o cómo es que la misma constituye una tergiversación de la verdad.
El periodista veterano de mil batallas Ryszard Kapuscinski lo expuso de esta manera en su libro Los Cinco Sentidos del Periodista : “Siento que esta teoría llamada objetividad es totalmente falsa y produce textos fríos, muertos, que no convencen a nadie. Yo soy partidario de escribir con pasión. Cuanta más emoción, mejor para el lector. No tengo dudas sobre esto: los mejores textos periodísticos han sido escritos con pasión, transmiten que uno está verdaderamente vinculado y metido en el asunto del cual escribe. La emoción da fuerza al texto”.
La objetividad comprometida llama al periodista a vincularse sin tomar bandos, algo que es realmente una faena en un ambiente comunicativo en el que lo primero que se lanza son acusaciones de estar “abanderizado”.
Pero nadie dijo que esto era fácil. Como se indica en la colección de ensayos Últimas Noticias del Periodismo, “no existe un periodista creíble sin una identidad fuerte”.
Si apuestan a que pueden confeccionar una respuesta que evada
En ese mismo trabajo se nos recuerda también que el principio del periodismo que reúne a todos los demás es que los periodistas tienen una obligación para con su conciencia.
Pero hay algo bien efectivo que está al alcance de todos. Esta no es una sociedad de un solo periodista ni un solo medio de comunicación. Si usted es víctima de un exceso, eche mano de los demás espacios para darlo a conocer.
Ø  Relaciones públicas y publicidad.

Siempre ha habido especialistas que han tratado de destacar las ventajas que las relaciones públicas pueden tener sobre la publicidad, especialmente en lo que se refiere a los costes y a la duración de los impactos. Sin entrar a valorar  estas supuestas cualidades, ya que cada empresa debe sopesarlas en función de sus objetivos y necesidades, creo que ambas actividades deben ser analizadas únicamente desde su complementariedad y nunca por su antagonismo.
La publicidad y las relaciones públicas pertenecen al mundo del marketing, y de todos es conocido que esta herramienta se sustenta en cuatro pilares básicos: producto, precio, promoción y distribución. Tanto la publicidad como las relaciones públicas son acciones de promoción; es decir, de comunicación de la empresa y de sus productos y servicios, con los diferentes públicos y audiencias que le interesen.
La publicidad puede fomentar la notoriedad e intensificar la credibilidad de cualquier mensaje de marketing, bien de la empresa, bien de sus productos y servicios; las relaciones públicas, por su parte, pueden mejorar también la imagen y la reputación de la empresa y de sus productos. La primera se utiliza, fundamentalmente, para conseguir determinados resultados comerciales en un corto periodo de tiempo, mientras que la segunda trata, sobre todo, de establecer y mantener una comunicación bidireccional entre la empresa y sus públicos.
La publicidad tradicional, en la mayoría de los casos, desarrolla técnicas para llegar al mayor número de personas con el mínimo coste posible, a través de un mensaje unidireccional, en determinados canales de comunicación. Las relaciones públicas, por el contrario, diseñan técnicas bidireccionales (emisor- receptor- emisor), a través de mensajes selectivos, en muy distintos canales, hechos a la medida de las necesidades e intereses de cada público o audiencia.
Según la definición dada por la PRSA (Public Relations Society of America), que ha sido ampliamente aceptada en todo el mundo: Las Relaciones Públicas ayudan al conocimiento mutuo de organizaciones y públicos. En esta denominación se incluyen aspectos como investigación, segmentación, planificación, comunicación y evaluación.
Los públicos de la publicidad son generalmente los clientes y distribuidores. Los de las relaciones públicas son mucho más variados, e incluyen, desde los empleados y accionistas, hasta las autoridades y la opinión pública en general. A mayor número de públicos, distintos mensajes y canales, lógicamente.
Siendo el objetivo fundamental de la publicidad el aumento de las ventas, el de las relaciones públicas -comprensión mutua entre la empresa y sus públicos- recomienda revisar permanentemente las fortalezas y debilidades, así como las amenazas y oportunidades de la empresa, para afrontar cualquier problema que pueda aparecer. Además, hay que considerar que el cliente es ahora más racional en sus compras y que demanda mayor información antes de tomar cualquier decisión.
Publicidad y relaciones públicas pueden y deben complementarse. No en vano los mejores clientes de las consultoras de relaciones públicas son las agencias de publicidad. Poco sentido tendría intentar persuadir a los clientes de que compren más, cuando se descuidan las relaciones con proveedores, distribuidores o asociaciones de consumidores, por ejemplo. Las relaciones públicas pueden reforzar consistentemente la buena publicidad y, si fuera el caso, minimizar el efecto negativo que pueda causar la mala.
Sólo se debería plantear ambas técnicas como alternativas excluyentes en el caso de que los públicos no comerciales interesen tanto o más que los estrictamente comerciales, o cuando el presupuesto asignado a la campaña de comunicación no permita valorar una de las dos posibilidades.
Ø  Relaciones Públicas y Relaciones industriales:
 Ambas disciplinas son resultantes del desarrollo de las Relaciones Humanas y, en un esquema graficado, se deben colocar dependiendo de ésta. Las diferencias, por lo tanto, deben ser de procedimiento y no estructurales.
Las Relaciones Públicas comprenden la serie de procedimientos y técnicas que, dentro de las Relaciones Humanas, se encaminan, a proyectar la parte externa de las actividades de cualquier organización.
Las Relaciones Industriales están orientadas al estudio y procesamiento de todo comportamiento que surge y se asocia con las relaciones de trabajo, relaciones de empresa con los sindicatos; las relaciones entre los trabajadores, relaciones de éstos con los jefes; relaciones de los sindicatos con sus afiliados; relaciones entre sindicatos y, por último, relaciones de la empresa con las autoridades del trabajo.
Las Relaciones Públicas mantienen con igual intensidad relaciones con los grupos que, dependiendo de su posición con respecto a la organización; se clasifican en internos, ambivalente y externos.
Las relaciones Industriales fundamentan sus acciones, principalmente, con los grupos internos, quedando los públicos externos y ambivalentes en un plano secundario, al menos respecto a la intensidad de las relaciones.
Las Relaciones Públicas, desde el inicio de la planificación de programas de acción, defienden el principio de que es la calle, lo externo, lo principal al ejecutar los mismos, sin olvidar que la educación corporativa de sus integrantes es una herramienta multiplicadora de esas mismas calles.
Las Relaciones Industriales, al elaborar sus programas, fundamentan su quehacer en el planear, organizar y controlar las diversas actividades operacionales que consisten en obtener, desarrollar, mantener y utilizar la fuerza de trabajo con la finalidad económica empresarial
. Muchas veces se les considera como parte del amplio panorama de las Relaciones Públicas,  imitada a las relaciones entre la administración y los trabajadores; así pues, las Relaciones Industriales incluyen las políticas y prácticas de la  administración de personal, contratación, selección, adiestramiento, fijación de salarios, evaluación de puestos y todas las técnicas surgidas de las relaciones entre el administrador y el empleado, entre el patrón y el trabajador.
Quienes buscan una mayor diferenciación con las Relaciones Públicas aducen que las Relaciones Industriales se ocupan de los problemas.
Conclusión:
Carlos Hugo Benítez Pérez
El realizar un análisis de las relaciones públicas a través de diferencias entre sus carreras y disciplinas afines nos ayuda a establecer los parámetros de las relaciones públicas y a recordar el verdadero objetivo de las Relaciones Públicas que es  relacionar, gestionar, facilitar, gestionar la comunicación, no sólo de las organizaciones; sino de las personas en general, en convivencia en sociedad.





5.- Preguntas

·         ¿Qué se tiene en cuenta al establecer la diferencia entre Relaciones Públicas Y Periodismo?
Llamar la atención al mandamiento ético que enfatizar: la objetividad.
·         ¿Acerca de que expuso el periodista veterano de mil batallas Ryszard Kapuscinski en su libro Los Cinco Sentidos del Periodista? 
“Siento que esta teoría llamada objetividad es totalmente falsa y produce textos fríos, muertos, que no convencen a nadie. Yo soy partidario de escribir con pasión. Cuanta más emoción, mejor para el lector. No tengo dudas sobre esto: los mejores textos periodísticos han sido escritos con pasión, transmiten que uno está verdaderamente vinculado y metido en el asunto del cual escribe. La emoción da fuerza al texto”
·         ¿A qué ámbito pertenecen las Relaciones Públicas y El Periodismo y cuáles son sus pilares?
La publicidad y las relaciones públicas pertenecen al mundo del marketing, y de todos es conocido que esta herramienta se sustenta en cuatro pilares básicos: producto, precio, promoción y distribución.

·         ¿Cuál es la definición para Relaciones Públicas por la Public Relations Society of America?
Según la definición dada por la PRSA (Public Relations Society of America), que ha sido ampliamente aceptada en todo el mundo: Las Relaciones Públicas ayudan al conocimiento mutuo de organizaciones y públicos. En esta denominación se incluyen aspectos como investigación, segmentación, planificación, comunicación y evaluación.

·         ¿Cuál es la principal diferencia entre Relaciones Públicas y Marketing?
Marketing es el proceso de crear, distribuir, promover y fijar precios de bienes, servicios e ideas para facilitar la satisfacción de relaciones de intercambio en un entorno dinámico. En cambio las Relaciones Públicas tienen la misión de integración como centro humanizador de las organizaciones y facilitador del cumplimiento de los objetivos.
·         ¿Cómo resultado de que son las Relaciones Públicas y las Relaciones Industriales?
Ambas disciplinas son resultantes del desarrollo de las Relaciones Humanas y, en un esquema graficado, se deben colocar dependiendo de ésta. Las diferencias, por lo tanto, deben ser de procedimiento y no estructurales.

Link
http://www.asppro.org/archivo/151-periodismo-y-relaciones-publicas-una-relacion-polemica-por-naturaleza.html
http://banners.noticiasdot.com/termometro/boletines/docs/marcom/comunicacion/portocarrero/2002/portocarrero_publicidad.pdf

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